me mudo
dejo el que ha sido mi hogar por problemas de funcionamiento,
ahora estoy en blogger con la misma dirección
saludos a todossssss
dejo el que ha sido mi hogar por problemas de funcionamiento,
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saludos a todossssss
La vida está llena de esos momentos horribles, imagino que cada uno tendrá los suyos pero yo tengo cientos de millones de ellos.
Odio cuando suena el despertador, cuando se me acaba la batería del ipod mientras estoy en la calle y me queda mucho para llegar a donde sea, odio tener que pensar qué tomo en el bar cuando he tardado media hora en decidirme y resulta que, no queda! Odio ir como una cebolla porque mi cuerpo es tan raro que cambia de temperatura 3000 veces al día. Odio que se acabe un libro que me gusta, odio que no se termienn los que no me gustan y que se hagan peor aún a cada página. odio darme cuenta del final de la peli amenos de la mitad de la trama, pero por encima de todas estas cosas está: el llegar a esos 2 terribles puntos en la vida: 1, el de tomar una decisión que acarreará consecuencias de por vida, y 2: el llegar a un punto muerto en un videojuego. Sí, efectivamente, es muy friki, no es una tragedia, me direis. Pues lo es: fastidia mucho cuando llegas con 3 vidas (esto es relativo porque muchas veces te dan menos) a un tío que por mucho que apuntes a su jo**** cabeza no se muereeeeeeeeee!!!! odio que tenga magia y yo noooooooo ·-·U qué vida más injusta!!!!! Estoy a un tris de escribir a los autores del Lara legend mierdoso éste, en vez de más tetas no podían haberle puesto magia??
Una es decente, no quiere acudir a trucos de armamento ilimitado o cosas así, pero es que me siento compelida. mi paciencia me llevó a jugar al Medievil, pero a mitad del juego he comenzado a cansarme de él (es muy lineal para mi gusto) así que me dije... volvamos al Lara... Y la odiooooooooo odio el juego por la cámara tan penosa que tiene y porque estoy atrapada en él!!! no me gusta.... Odio la sensación del hombre versus la máquina, estos aparatejos no se hicieron para entretener??? pues quiero matar al tiparraco ésteeeeeeee
Definitivamente no soy una mujer de este tiempo
He de reconocerlo. Hola soy Raquel y me gustan los feos.
me gustan porque me provocan una infinita ternura que los guapos no podrían conseguir jamás de los jamases.
Me gustan los chuchos y casi ningún pura raza: me parecen tontos y sosos.
Me gustan los animalillos feos, los muñecos a los que les falta un ojo y están deshilachados o ajados.
Me gustan las cosas con encanto mucho más que las cosas "bellas" aquellas como hechas en serie, ínsipidas, que pueden caer en el olvido con tanta facilidad como llegan a la retina.
Mis últimas adquisiciones son 2 mascotitas que cualqueira podría decir que son feos, pero son MIS Feos, y antes de decir nada... hagaánse ustedes mismos, la prueba del espejo
Si, soy yo, esa chica de sonrisa peremne, que dice buenos días, gracias y de nada. La que, qué necesitas, en qué puedo ayudarte y yo creo que entre los 2 acabamos antes.
esa de la que nadie se preocupa porque todos creen que es Mcgiver y que aunque se salve la última acabará por salir en el último segundo antes de que todo salte por los aires. Pero no soy Lara croft, ni heroína ninguna, no soy de pidra por mucho que pueda parecerlo.
Puede que sea una persona más del mundo, totalmente prescindible, ý normalmente no me gusta pensar mucho en eso , pero hoy me he llenado.
O mejor dicho me he vaciado. Ha llegado un punto en el que soy como el cauce de un río, todo resbala sobre mi y no permanece nada, pero esta situación me carga me estresa me supera.
Oficialmente declaro que, Yo: ciudadana española, mayor de edad con vecindad civil en Cáceres, en pleno uso de mis facultades mentales y por libre voluntad, sin que exista dolo o coacción alguno y para que conste donde proceda, que estoy hasta las narices. No puedo más. No puedo decir que haya tocado fondo, porque tengo aun una isla de bienestar, pero por todo lo demás mi vida es un completo desastre.
No estoy contenta, no estoy feliz, en el curro no lo er hace tiempo y solo esperaba algo de trato humano, algo de comprensión algo de compañerismo, nada más lejos. Te usan cual pañuelo y cuando no les haces falta, cuando no te necesitan, patada en el culo.
Tengo complejo de pañuelos, pero no olviden nunca que entonces muy queridos y estimados señores: que ustedes son los mocos.
He dicho
Por favor, no me gustaría volver a leer más cosas así. Como odio a las modas y a la gente que se ríe de los demás por tener unos kilos de más. Amancio tiene dos hijas, una entradita en carnes a la cual es casi imposibnle ver, y de la que sólo recuerdo una portada el día de su boda, y la menor, estrella de la corona, que se hará la dueña de la empresa y sucesora, imagino que porque el hijo, será de la clase de su hermana mayor...
Basta ya de darwin y de su selección natural. Basta ya de casos como el siguiente
Fuente http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=274504&IdxSeccion=220
Hay veces en esta vida tan desordenada y caótica en las que todo parece encajar de repente y fluir. Es como si la vida fuera una melodía armónica que te envuelve y te lleva a dónde nunca has estado, pero dónde sabes que estará bien, es la magia de la música, es como si fuera obvio dónde va, siendo algo totalmente mágico, creado por el hombre.
Este puente es lo que he sentido. Empezar yendo a Monfragüe y estar en comunión con el campo y con los animales, ir a un concierto de un artistazo (gracias Fito por hacernos vibrar y entusiasmarnos a todos con tu Arte), pasar un dia con personas a las que quieres y disfrutar simplemente de su compañía y cariño, y terminar jugando como niños. qué más podía pedir?
Salud y amor para todos, y que siga la racha
Pd. gracias a mi little y a mi príncipito, por estar siempre ahí, y por ver esa magia inexistente que me hace tan feliz. Prometo rellenar todas las hojas de cosas buenas como llenais vosotros mi existencia
Sé que te he tenido desatendido desde hace mucho, que no te dedico el tiempo que debería, e imagino que te has cansado un poco de mi y has decidido vengarte a tu modo.
Has ideado un plan del cual soy víctima y con tan magnífica argucia, me has puesto en jaque, ya que no puedo escapar de él.
Desde hace unos días comencé a notar un dolor de sien que me indicaba que no podía dejar muy lejos mis gafas de lejos, y viendo que no era suficiente molestia para mi, has empezado a arrebatarme unos de mis placeres y distracciones: la música.
Desde hace un par de días, me duelen los oídos, y cada vez que me acerco siquiera el auricular, ni puedo aguantarlo. Se acabó escuchar música en mis viajes hasta que no me provea de algunos auriculares ¿mejores? O quizá peores en sonido pero que ganen en protección.
Si a esto sumamos que en mi querida oficina tan pronto paso frío como calor… Vamos que debo mucho y muy buenas cosas a mi nuevo curro ^^U
Mi organismo es un cachondo.
Querido cuerpo, prometo tomarme más actimeles, y más L cassei inmunitas, pero por favor ponte bien pronto, piensa que tenemos que llevarnos bien, puesto que tenemos que convivir durante (espero) muchos años
Recibe un cordial (sí, desde el mismo corazón) saludo de esta cabecita loca
Este hombre y sus canciones de cantautor, siempre me han llegado como pequeñas perlas, como si fueran un regalo.
Os dejo una historia de amor, para mi lo da todo en este tipo de historias. Se puede disfrutar tanto leida como cantada. Muy buen trabajo Rodolfo
Letra: Rodolfo Serrano
Música: Ismael Serrano
Supe que todo había terminado
cuando te vi mover la cucharilla
despacio, como si aquella tarde
se parara el latido de la sangre
en lo oscuro de aquella gris cafetería.
No supe qué decirte, hablamos como
si hubiera sido ayer, sin ir más lejos,
la última vez que tú y yo hablamos,
la última vez que habíamos entrado
a saco por el alma y por el pecho.
Así que yo te hablé de mis triunfos,
de mis últimos versos, de mí mismo,
y casi sin mirarte, miraba tu café
que removías con exquisito interés
como si de ello dependiera tu destino.
Tú no decías nada. Sonreías.
Pensando en una cita, un amor nuevo
que esperaba aquella misma tarde.
Y en mitad del silencio alguna frase,
metralla de antiguos bombardeos.
Yo te llevé a tu casa. Nos rozamos
las caras sabiendo que ya nada
justificaría nuevas llamadas,
que nuestro corazón perdió esa tarde
interés para médicos y amantes.
La única función del tiempo es consumirse; arde sin dejar cenizas
Tengo un reloj inmortal, pequeño, de acero y caucho, podría parecer uno más, y sin embargo.. tan distinto. He de decir, que cuando lo vi empecé por odiarlo, pero si consigo doblegarlo, creo que vamos a formar un buen equipo. De hecho ahora mismo me siento afortunada, (no se lo he dicho a la maquinaria aún), porque no quiero que se vuelva vanidosa, además está aún sin domesticar, y eso podría volverlo inestable y voluble como una colegiala malcriada.
Tengo el mejor reloj del mundo, no es de oro, ni tiene incrustaciones de diamante, pero todos querríais uno como el mío, si supierais lo que hace. Soy la antítesis de Garfio, hoy me siento Wendy más que nunca.
Voy a contaros mi secreto: mi reloj es capaz de detener el tiempo. Sí, como lo oís, en un momento, su maquinaria se detiene, y cuando cree oportuno sigue andando, poniendo el universo en movimiento.
Lo detuvo ayer, cuando marcaban sus agujas las 4 de la tarde durante más de 3 horas y ojalá lo hubieran detenido más y estuvieras a mi lado ahora mismo y no cada uno en nuestros trabajos.
Se ha parado esta mañana y sigue marcando las 10, y yo le rezo para que pase rápido estas horas, pero… imagino que el precio que pagué por la pausa concedida, es que hoy el tiempo vaya algo más lento.
Cruel invento! Quiero que sepas que si algo caracteriza al tiempo, es que pasa, y él volverá a mi y yo a él, y tú, reloj no podrás impedirlo.
Las medidas, y más tu medidor, también puedes tener fin, y tú estás sometido a esas reglas universales, como todos nosotros.
Aun así, ataré tu correaje a mi muñeca, pienso dominarte y empezarás a detenerte sólo cuando yo te lo pida, ¿entendido?
¿cómo puede existir algo que se llame el LLamador de los ángeles y yo sin saber que existe? Si es que obligais a comprar cosas, yo que no quierooooo ala, nuevo antojo, eso sí uno más bonito de los que he visto por internet en plata de la Güena, como dicen las abuelas
Llegó el día señalado. Parece mentira que uno pueda cogerle cariño a un espacio físico, y más a unos pocos metros cuadrados, y más si os digo que esos metros cuadrados se refieren mi espacio en la oficina, pero sí que se le coge cariño. Y más cuando pasas la mitad de tu día aquí, y llevas 4 meses en el mismo sitio viniendo cada día.
Siempre supe que llegaría, al contrario que Martin Niemöller, con su famoso "Primero vinieron a por los comunistas,Lo supe cuando arrasaron con las cosas materiales primero y las personas después. Y cuando me quedé sola, siempre dije que no sería por mucho tiempo, y así ha sido.
Me desmantelan , y me quitan mi ventanal, este cielo azul y me trastocan mi mundo.
Sin embargo, algún dí las becarias dominarán el mundo, ese día, "se us vais a enterar"
Si tecleas en Google, mujeres célebres: aparecerán en el famoso buscador 1.080.000 resultados.
En principio, piensas, jope y yo qué pensaba que no iba a encontrar nada… Vives un segundo de euforia contenida, y pasado éste…te das cuenta de que estabas en lo cierto: no ibas a encontrar nada.
Será que no ha habido mujeres célebres??? No puede ser, te juro que yo he oído y leido de algunas, y no era un sueño que estaba bien despierta.
Pero sin embargo, lo que ven mis ojos es desalentador. Comparto el listado de las webs queme aparecen en pantalla
1º web: mujeres célebres por su belleza… cuyo mérito es ser bonitas, ¿no será mérito de sus padres?
2º web: trata sobre un culebrón de nombre parecido
3ª: foro sobre famosos
4ª recomendaciones de peinados para la mujer (para más INRI sale la Brtney en su época a lo teniente O´neal)
5ª porno para mujeres duras
6º caricaturas de actrices y cantantes famosas
7º las 10 mujeres más sexys del mundo
8º agencia de modelos9ª chismes y noticies de mujeres famosas.
10ª más vida de famosas.
No voy a echar culpa a ningún hombre, no voy a enarbolar bandera alguna de feminismo pese a lo que muchos puedan esperar, simplemente me da pena, la conclusión que sacas de una simple búsqueda de lo que repercute la mujer en la sociedad.
Si quieres dejar huella en la historia según google debes:
La 2º página tampoco resulta muy alentadora, ni siquiera la tercera.
Hoy estoy demasiado indignada de ser mujer para decir nada.
Pido perdón a aquellas mujeres que en vez de pasar más tiempo en la peluquería, se dedicaron a luchar por los derechos humanos, por la igualdad de géneros, a las científicas, escritoras, a doctoras, investigadoras, astrofísicas, artistas, filósofas y, en general, a todas las mujeres que han hecho de este mundo un lugar mejor para todos.
En compensación, dejo este link en inglés en homenaje a todas ellas
http://www.distinguishedwomen.com/index.html
Ya estoy aquí de nuevo!
Tengo que compartir esto con vosotros.
sólo queda decir 2 cosas.
De vez en cuando en este nuestro pueblito se hacen cosas que merecen la pena, y 2º pero no menos importante, quién me acompaña??
dejo link http://www.mesmascorto.com
ahí podeis ver la programación y el cartel que me encanta pero que no puedo poner aquí, porque no me lo subeeeeee (ya empiezo a cabrarme con mi blog)
Se da el caso de que siempre que sale el día horrible nublado y feo es en fin de semana. Pues para confirmar la regla, este domingo es nublado.
Día plomizo y caluroso y yo me pregunto…no creéis que influye el tiempo en el estado de ánimo?
En esta clase de día sólo apetece prestar los ojos a la pantalla y dejar que te cuenten una historia que te transporte a algún otro mundo mientras el tiempo pasa con más o menos rapidez dependiendo de si te gusta lo que ves, o quizá lees.
En mi caso, hoy va a ser una tarde de esas. Leo "Lo es" (2ª parte de las cenizas de ángela) y "el economista camuflado2 (tratado de economía en plan divulgativo), efectivamente, soy rara. Pero este es otro asunto.
Vengo a pediros sugerencias. A lo largo de mi corta vida (mira cómo presumo de ser joven) :P me he dado cuenta de que aprendo más de escuchar que de contar.
Pero para que no os cortéis en recomendarme cosas para ver y leer, también os cuento lo último que veo.
Como el cine últimamente me parece malo por lo general, tiro de series made in USA. Ahora mismo estoy con 6 grados (bastante recomendable), me llamo Earl (para partirse), Torchwood (ésta es británica, pero =mente recomendable), el ala oeste de la casa blanca (genial), qué hacemos con Brian (es para pasar el rato).
Que conste, que si que le doy oportunidades al cine, ayer vi Frostbitten, y qué peli más rara, una va al videoclub y manosea uans cuantas carátulas, y se va al cine de cangüele y para ser más exclusiva, toma cine sueco de vampiros!!! coño esta gente le da al cine raro también!coge la caja y lee: ganadora del "International Fantasy Film de Fantasporto", la mejor película de vampiros de la última década... y yo pienso, ésta se viene a casa conmigo.
ueno claro ante tales expectativas, uan se flipa, vale yo me flipo, y......... y.........
vamos que ojalá pudiera echarme a la cara al que escribe los comentarios de las carátulas de los dvds. Bueeeeno, tiene algo bueno el maquillaje, están genialmente conseguidos los vampiros y algunas escenas también, pero la historia es algo floja y para mi gusto bastante inconexa. Y qué quereis que os diga, si yo tuviera un mes entero de días como el de hoy, o como en la peli, de noche absoluta, os ibais a enterar de lo que es una masacre. Es que eso pone de mala leche, y no me vengais con tonterías.
Así que... me refugio, en otra de mis pasiones bastante desatendida últimamente,el anime. Ahora estoy con Loveless, poned el google a trabajar. Recomiendo verla porque son 13 capítulos si no recuerdo mal, y trata sobre unos personajes y de la visión del amor como tema de fondo. Es muy rara, tiene tintes mágicos (con batallas de hechizo y todo), y es de suspense, vas descubriendo poco a poco lo que pasa realmente, a la vez que se entera el protagonista.
Esta serie, me ha hecho reflexionar mucho sobre el mundo perejil en general. En ella, un personaje es el luchador en los duelos de magia ya referidos, y el otro es sin embargo el que sufre el daño, pues al ser el amado, es la forma de hacer daño al luchador. Y yo me pregunto… Será verdad eso de que en toda pareja hay un dominante y un sumiso?? Un amante y un amado, uno que besa, y otro que sólo pone la cara?
Hay democracia? Igualdad? Consenso? Eso que tanto he oído de que las dos partes ceden?
Mmmm dejo la pregunta en el aire para que también me descifréis qué pensáis al respecto.
Ah, y vuelvo a recordar al señor, o señora que escriba las carátulas de los dvds, que tiene una mala leche que espanta, y que seguro que no tiene amigos, y que de gracias a que existen los días soleados, y no reine la noche.
ESOS PEQUEÑOS ENFADOS CON EL GÉNERO HUMANO
Esta mañana mientras viajaba una hora en bus como cada día, con mi querido y pequeño Ipod, (soy pija.. lo sé) y mis gafas de sol,(me encanta aislarme)… me sentía adormilada y tranquila, acompañada por un montón de funcionarios (entiéndase personas, no robots ni marujas del 5º) que iban al mismo sitio que yo, un día más de la semana de un mes cualquiera del año.
Este enfado no ha sido producido ni por tener que ir a trabajar, ni por un bus atestado, ni porque se me acabara la bateria del ipod, ni se rompieran mis gafas… sino por la reacción de las personas a lo inesperado, que muchas veces, es lo que nos define como personas.
Resulta, que una afable señora se ha mareado, y se ha desmayado a mitad del trayecto. Todo el mundo a mirar quién era, y a hacer el sensacionalismo barato, los más ávidos, en plan reportero, se han acercado a ver qué información podía sacar cual radio macuto, por mi parte,siento no tener más información, pero yo permanecí en mi asiento. Todo esto lo he visto cientos de veces, y ni siquiera eso me indigna; pero fue el caldo de cultivo para lo que pasó después.
Bueno, de unas 45 personas allí congregadas el único que hace lo más sensato: el conductor, que llama al 112, fíjate tú, él único de todos que no tiene las manos libres. En la era de la tecnología cuando cada españolito de a pie tiene un móvil última generación 3D y abs si hace falta.
Bueno, démosle a la masa un voto de confianza, no tiene mayor importancia...nervios, indecisión, que sacar el móvil para nada es tontería…Tampoco me enfada eso.
Nos disponemos a parar en un área de servicio donde esperaríamos al servicio de emergencias… y ya está toda la gente rajando de que.. a ver cuánto tardan… tildándolos de poco profesionales y demás.
Pues...no sé si será común o no,pero el servicio fue ejemplar, apareció como a los 7 minutos o así, y era un chico joven, del que poco puedo decir más, aparte de que vino a currar. No percibí más que su diligencia y profesionalidad.
Se llevó a la mujer lejos de las ansiosas miradas, y allí se quedaron.
Tampoco viene mi enfado pues, con los servicios médicos. Mi enfado, por no decir decepción, viene con el género humano, incluso podría decir que, con el femenino.
Ciertas mujeres compañeras de la enferma, resalto compañeras, porque bien que se cercioraron de que era fulanita de tal despacho, de tal consejería.. estando ésta convaleciente.. se dedican a ver si el médico, enfermero, ats o lo que fuera, profesional de la salud para el caso.. estaba "bien bueno".
Cual obreras de la construcción, le dieron un repaso ocular al muchacho que, vamos, ¡ni él mismo como médico podrá hacer nunca!. Mira que culo, qué bien plantado, qué bien peinado, y tal y cual.
Vamos que parecía George Clooney y la fulana una actriz secundaria en todo esto.
Me sentí muy enfadada con mis congéneres. Señoras! comprendo que tienen hormonas, lo de la revolución sexual de la mujer y etc etc etc, pero… ¿no se dan cuenta de que esa mujer está pasando un mal rato, que la han sacado del autobús entre 3 personas, de verdad importa que el médico sea guapo? ¿? Nadie le pidió al chaval su título de médico, y unas cuantas muy gustosamente le hubieran pedido el número de teléfono.
Al final la misma mierda de siempre. El jodido poco importa, si sufre pues que sufra, y el profesional… poco importa en que grado lo sea, siempre que salga bien guapo en la foto.
Será esto lo que reza el refrán "el muerto al hoyo y el vivo al bollo???"
Enciendo mi Ipod, y vuelvo a mi mundo, dónde la gente importa por lo que hace y por lo que es y el necesitado es aquel que necesita más atención aunque tenga un tercer ojo y nunca gane el título de miss universo.
Hola me llamo Raquel y éste es mi segundo intento de blog (espero que no se cumpla eso de que segundas partes...)
No sé muy bien que se dice o debe decir en este tipo de comienzos. .. diré lo que me venga en gana que para eso este es mi rinconcito.
El nombre, no tiene mucho que ver conmigo, pero me lo dejó poner... no como los 100 que probé antes. No reniego de él porque no está mal,(los feos tenemos derecho a existir), y además tiene un sentido, es, una historia de Becquer que me gusta mucho.
Abstenerse personas que nos les guste leer porque es un post enormeeeeeeeeee
La mujer de piedra
Yo tengo una particular predilección hacia todo lo que no puede vulgarizar el contacto o el juicio de la multitud indiferente. Si pintara paisajes los pintaría sin figuras. Me gustan más las ideas peregrinas que resbalan sin dejar huella por las inteligencias de los hombres positivistas como una gota de agua sobre un tablero de mármol. En las ciudades que visito busco las calles estrechas y solitarias; en los edificios que recorro, los rincones oscuros y los ángulos de los patios interiores donde crece la yerba y la humedad enriquece con sus manchas de color verdoso la tostada tinta del muro; en las mujeres que me causan impresión, algo de misterioso que creo traslucir confusamente en el fondo de sus pupilas, como el resplandor incierto de una lámpara que arde ignorada en el santuario de su corazón sin que nadie sospeche su existencia; hasta en las flores de un mismo arbusto creo encontrar algo de mas pudoroso y excitante en la que se esconde entre las hojas y allí oculta llena de perfume el aire sin que la profanen las miradas. Encuentro en todo ello algo de la virginidad de los sentimientos y de las cosas.
Esta pronunciada afición degenera a veces en extravagancia y solo teniéndola en cuenta podrá comprenderse la historia que voy a referir.
I
Vagando al acaso por el laberinto de calles estrechas y tortuosas de cierta antigua población castellana, acerté a pasar cerca de un templo en cuya fachada el arte ojival y el bizantino amalgamados por la mano de dos centurias habían escrito una de las páginas mas originales de la arquitectura española. Una ojiva gallarda y coronada de hojas de cardo desenvueltas contenía la redonda clave del arco de la iglesia en la que el tosco picapedrero del siglo XII dejó esculpidas en interminables hileras de figuras enanas y características de aquel siglo las mas extrañas fantasías de su cerebro rico en leyendas y piadosas tradiciones. Por todo el frente de la fachada se veían interpolados con un desorden del cual, no obstante, resultaba cierta inexplicable armonía fragmentos de arcadas románicas en lienzos de muro cuyos entrepaños dibujaban las descarnadas líneas de los pilares acodillados con sus basas angulosas y sus chapiteles de espárrago propios del genero gótico; trozos de molduras compuestas de adornos circulares y combinados geométricamente se interrumpían a veces para dejar espacio a la ornamentación afiligranada y ondeante de una ventana de arco apuntado enriquecido de figurinas más airosas y altas y adornada de vidrios de colores. Adonde quiera que se fijaban los ojos podían observarse detalles delicados de los dos géneros a que pertenecía el edificio y muestras de la feliz alianza con que la generación posterior supo, imprimiéndole su sello especial, conservar algo de la fisonomía y el espíritu severo y sencillo en su tosquedad del primitivo monumento.
Siguiendo una invariable costumbre mía, después de haber contemplado atentamente la fachada del templo, de haber abarcado el conjunto del pórtico, con la cuadrada torre bizantina y las puntas de las agudas flechas ojivales que coronaban, flanqueándola, la cúpula de la nave central, comencé a dar vueltas alrededor de su recinto, inspeccionando sus muros, que ora se presentaban en lienzos de prolongadas líneas, ora se escondían tras algunas miserables casuquillas adosadas a los sillares, para asomar mas a lo lejos sus dentelladas crestas por cima de los humildes tejados. A poco de comenzada esta minuciosa inspección de la parte exterior del templo y habiendo cruzado por debajo de un pasadizo cubierto que a manera de puente unía la iglesia a un antiguo edificio contiguo a ella, me encontré en una pequeña plaza de forma irregular cuyo perímetro dibujaban por un lado la antiquísima portada de un palacio en ruinas y por otro las altas y descarnadas tapias del jardín de un convento; ocupando el resto y cerrando el mal trazado semicírculo de aquella placeta sin salida parte de la vetusta muralla romana de la población y el ábside del templo que acababa de admirar, ábside maravilloso de color y de formas y en el cual, satisfecho sin duda el maestro que lo trazó al verle tan gallardo y rico de líneas y accidentes, empleó para ejecutarle los mas hábiles artífices de aquella época en que era vulgar labrar la piedra con la exquisita ligereza con que se teje un encaje.
Por grande que sea la impresión que me causa un objeto expuesto de continuo a la mirada del vulgo, parece como que la debilita la idea de que aquella impresión tengo que compartirla con muchos otros. Por el contrario cuando descubro un detalle o un accidente que creo ha pasado hasta entonces desapercibido, encuentro cierta egoísta voluptuosidad en contemplarlo a solas, en creer que sólo para mi existe guardando para que yo lo aspire y goce un delicado perfume de virginidad y misterio. Al encontrar en el ángulo de aquella pequeña plaza, cuyo piso cubierto de menuda yerba indicaba bien a las claras su soledad continua, el cubo de piedra flanqueado de arbotantes terminados en agudos pináculos de granito que constituía el ábside o parte posterior del magnífico templo, experimenté una sensación profunda semejante a la del avaro que removiendo la tierra encuentra inopinadamente un tesoro. Y en efecto, para mi sentimiento por el arte, aquel armonioso conjunto de líneas elegantes y airosas, aquella proporción de ojivas rasgadas y llenas de delicadas tracerías por entre cuyos huecos se dibujaban confusamente los vidrios de color enriquecidos de imágenes, hojas revueltas y blasones heráldicos junto con las grandes masas de sombra luz que ofrecían los pilares al presentarse iluminados de una claridad dorada mientras bañaban los muros con sus anchos batientes azulados y ligeros, constituían una verdadera maravilla.
Largo rato estuve contemplando obra tan magnifica, recorriendo con los ojos todos sus delicados accidentes y deteniéndome a desentrañar el sentido simbólico de las figurillas monstruosas y los animales fantásticos que se ocultaban o aparecían alternativamente entre los calados festones de las molduras. Una por una admiré las extrañas creaciones con que el artífice había coronado el muro para dar salida a las aguas por las fauces de un grifo, de una sierpe, de un león alado o de un demonio horrible con cabeza de murciélago y garra de águila; una por una estudie así mismo las severas y magníficas cabezas de las imágenes de tamaño natural que envueltas en grandes paños simétricamente plegados custodiaban inmóviles el santuario, como centinelas de granito, desde lo alto de las caladas repisas que formaban al unirse y retorcerse entre sí las hojas y los nervios de los pilares exteriores. Todas ellas pertenecían a la mejor época del arte ojival ofreciendo en sus contornos generales, en la expresión de sus rostros y en la propia y acentuada pleguería de sus ropas, el modelo perfecto del misterioso canon establecido por los ignorados escultores que siguiendo una tradición que arranca de las logias germanas poblaron de un mundo de piedra las catedrales de toda la Europa. Heraldos con blasonadas casullas, ángeles con triples alas, evangelistas, patriarcas y apóstoles llamaban hacia sí por sus imponentes o graciosas formas, por sus cualidades de ejecución o de gallardía, la atención y el estudio del que los contemplaba; pero entre todas estas figuras una fue la que logró impresionarme con una impresión semejante a la que al descubrirlo me produjo el ábside de la iglesia: una figura que parecía reconcentrar todo el interés de aquella máquina maravillosa, para la cual parecía levantada la mejor y mas hermosa parte del monumento como pedestal de una estatua o marco de un cuadro, de la cual podía decirse era la pudorosa flor que escondida entre las hojas perfumaba de misterio y poesía aquella selva petrificada y apocalíptica en cuyo seno y por entre las guirnaldas de acanto, los tréboles y los cardos puntiagudos pululaban millares de criaturas deformes, reptiles, sierpes, trasgos y dragones con alas membranosas e inmensas.
Yo guardo aun vivo el recuerdo de la imagen de piedra, del rincón solitario, del color y de las formas que armoniosamen- te combinados formaban un conjunto inexplicable; pero no creo posible dar con la palabra una idea de ella ni mucho menos reducir a términos comprensibles la impresión que me produjo.
Sobre una repisa volada, compuesta de un blasón entrelazado de hojas y sostenido por la deforme cabeza de un demonio que parecía gemir con espantosas contorsiones bajo el peso del sillar, se levantaba una figura de mujer esbelta y airosa. El dosel de granito, que cobijaba su cabeza, trasunto en miniatura de una de esas torres agudas y en forma de linterna que sobresalen majestuosas sobre la mole de las catedrales, bañaba en sombra su frente. Una toca plegada recogía sus cabellos de los cuales se escapaban dos trenzas que bajaban ondulando desde el hombro hasta la cintura después de encerrar como en un marco el perfecto óvalo de su cara. En sus ojos modestamente entornados parecía arder una luz que se trasparentaba al través del granito; su ligera sonrisa animaba todas las facciones del rostro de un encanto suave que penetraba hasta el fondo del alma del que la veía, agitando allí sentimientos dormidos, mezcla confusa de impulsos de éxtasis y de sombras de deseos indefinibles.
El sol que doraba las agudas flechas de los arbotantes, que arrojaba sobre el templo el dentellado batiente de las almenas del muro y perfilaba de luz el ennegrecido y roto blasón de la casa solariega que cerraba uno de los costados de la plaza, comenzó poco a poco a ocultarse detraes de una masa de edificios cercanos. Las sombras tendidas antes por el suelo y que insensiblemente se habían ido alargando hasta llegar al pie del ábside por cuyo lienzo subían como una marea creciente, acabaron por envolverle en una tinta azulada y ligera. La silueta oscura del templo se dibujó vigorosa sobre el claro cielo del crepúsculo que se desarrollaba a su espalda limpio y transparente como esos fondos luminosos que dejan ver por un hueco las tablas de los antiguos pintores alemanes. Los detalles de la arquitectura comenzaban a confundirse, los ángulos perdían algo de la dureza de sus cortes a bisel, las figuras de los pilares se dibujaban indecisas como fantasmas sin consistencia envueltas en la oscuridad que arrojaban sobre ellas los monumentales doseles.
Inmóvil, absorto en una contemplación muda, yo permanecía aún con los ojos fijos en la figura de aquella mujer cuya especial belleza había herido mi imaginación de un modo tan extraordinario. Parecíame a veces que su contorno se desfumaba entre la oscuridad, que notaba en toda ella como una imperceptible oscilación, que de un momento a otro iba a moverse y adelantar el pie que se asomaba por entre los grandes pliegues de su vestido al borde de la repisa.
Y así estuve hasta que la noche cerró por completo. Una noche sin luna, sin más que una confusa claridad de las estrellas que apenas bastaba a destacar unas de otras las grandes masas de construcción que cerraban el ámbito de la plaza. Yo creía no obstante distinguir aún la imagen de la mujer entre las tinieblas. Mas no era verdad. Lo que veía de una manera muy confusa era el reflejo de aquella visión conservada por la fantasía, porque cuando me separe de allí aún creía percibirla flotando delante de mí entre las espesas sombras de las torcidas calles que conducían a mi alojamiento.
II
Por qué durante los catorce o quince días que llevaba de residencia en aquella población, aunque continuamente estuve dando vueltas sin rumbo fijo por sus calles, nunca tropecé con aquella iglesia y aquella plaza y desde la tarde en que la descubrí todos los días fuera el que fuera el camino que emprendiese siempre iba a dar a aquel sitio es lo que no podré explicar nunca, como nunca pude darme razón cuando muchacho por qué para ir a cualquier punto de la ciudad donde nací era preciso pasar antes por la casa de mi novia. Pero ello era que unas veces de propósito hecho, otras por casualidad, ya porque por las mañanas se tomaba bien el sol contra la tapia del convento, ya porque al caer la tarde de un día nebuloso y frío se sentía allí menos el embate del aire, diariamente y a todas horas podía encontrárseme frente al ábside de la iglesia sentado en algunas piedras amontonadas al pie del arco de la antigua casa solariega y con los ojos clavados en aquella figura que parecía atraerme a sí con una fuerza irresistible.
Más de una vez, deseando llevar conmigo un recuerdo de ella, intenté copiarla. Tantas como lo intenté rompí en pedazos el lápiz y maldije de la torpeza de mi mano inhábil para fijar el esbelto contorno de aquella figura. Acostumbrado a reproducir el correcto perfil de las estatuas griegas, irreprochables de forma pero debajo de cuya modulada superficie cuando más se ve palpitar la carne y plegarse o dilatarse el músculo, no podía encontrar la fórmula de aquella estatua a la vez incorrecta y hermosa que, sin tener la idealidad de forma del antiguo, antes por el contrario rebosando vida real en ciertos detalles, tenía sin embargo en el más alto grado el ideal del sentimiento y la expresión. Inmóvil, las ropas cayendo a plomo y vistiendo de amplios partados de pliegues el tronco para detenerse quebrando las líneas al tocar el pedestal, los ojos entornados, las manos cruzadas sobre un libro de oraciones y el largo brial perdido entre las ondulaciones de la falda, podía asegurarse, hacía al menos el efecto de que debajo de aquel granito circulaba como un fluido sutil un espíritu que le prestaba aquella vida incomprensible, vida de idea sin movimiento y sin agitación, vida extraña que no he podido traslucir jamás en esas otras figuras, cuyas ropas mueve el aire al marchar, cuyas facciones se contraen o dilatan con una determinada expresión y que a pesar de todo son únicamente, al tocar la meta de la perfección posible, mármol que se mueve como un maravilloso autómata sin sentir ni pensar.
Indudablemente la fisonomía de aquella escultura reflejaba la de una persona que había existido. Podían observarse en ella ciertos detalles característicos que sólo se reproducen delante del natural o guardando un vivísimo recuerdo. Las obras de la imaginación tienen muchos puntos de contacto entre sí. Hay una belleza típica y uniforme hacia la que así en lo bueno como en lo malo se nota la tendencia: el placer y el dolor, la risa y el llanto tienen expresiones especiales consignadas por las reglas. La cabeza de aquella mujer rompía con todas las tradiciones; era hermosa sin ser perfecta, ofrecía rasgos tan propios como los que se notan en un retrato de la mano de un maestro, el cual tiene tanta personalidad, por decirlo así, que aun sin conocer el tipo a que se refiere se siente la verdad de la semejanza. Cada mujer tiene su sonrisa propia y esa suave dilatación de los labios toma formas infinitas perceptibles apenas pero que les sirve de sello. La hermosa mujer de piedra que contemplaba extasiado tenía así mismo una sonrisa suya que le daba tal carácter y expresión que enamorarse de aquel gesto especial era enamorarse de aquella escultura pues no sería posible hallar otra perfectamente semejante. Con los ojos entornados y los labios ligerísimamente entreabiertos parecía que pensaba algo agradable y que la luz de su pura e interior alegría se revelaba por medio de reflejos imperceptibles como se acusa por la trasparencia la luz que arde dentro de un vaso de alabastro. Pero ¿quién era aquella mujer? ¿Por qué capricho el escultor, interrumpiendo la larga fila de graves personajes que rodeaban el ábside, había colocado en el sitio mas escondido, es verdad, pero seguramente el que parecía más misterioso y como el santa santorum de toda la fábrica arquitectónica, aquella figura que tenía algo de ángel pero que carecía de alas, que revelaba en su rostro la dulzura y la bondad de los bienaventurados pero que no ostentaba sobre su cabeza el nimbo celeste de los santos y de los apóstoles? ¿Sería acaso recuerdo de una protectora del templo? No podía ser. Yo había visto posteriormente la oscura losa sepulcral que cubría los restos del fundador, prelado valeroso que contribuyó con un rey leonés a la reconquista de aquel pueblo, y en la capilla mayor a la sombra de un lucillo realzado de gótica crestería había tenido igualmente ocasión de examinar las tumbas con estatuas yacentes de los ilustres magnates que en época posterior restauraron la iglesia imprimiéndole el carácter ojival. En ninguno de estos monumentos funerarios encontré un blasón que tuviese siquiera un cuartel del que veía en la repisa de la estatua del ábside. ¿Quién podría ser entonces? Es muy común encontrar en las portadas de las catedrales, en los capiteles de los claustros y las entreojivas de la urna de los sepulcros góticos multitud de figuras extrañas y que sin embargo parece que se refieren a personajes reales, indescifrable simbolismo de los escultores de aquella época, con el cual escribían, a la manera que los egipcios en sus obeliscos, sátiras, tradiciones, páginas personales, caricaturas o fórmulas cabalísticas de alquimia o adivinación. Cuando la inteligencia se ha acostumbrado a deletrear esos libros de piedra, poco a poco se va haciendo la luz en el caos de líneas y accidentes que ofrecen a la mirada del profano el cual necesita mucho tiempo y mucha tenacidad para iniciarse en sus fórmulas misteriosas y sorprender una a una las letras de su escritura jeroglífica. A fuerza de contemplación y meditaciones yo había llegado por aquella época a deletrear algo del oscuro germanismo de los monumentos de la Edad Media; sabía buscar en el recodo mas sombrío de los pilares acodillados el sillar que contenía la marca masónica de los constructores, calculaba con acierto el machón o la parte del muro que gravitaba sobre el arca de plomo o la piedra redonda en que se grababan con el nombre de secta del maestro, su escuadra, el martillo y la simbólica estrella de cinco puntas o la cabeza de pájaro que recuerda el ibis de los faraones. Una parábola, aun bajo el segundo velo, una alusión histórica o un rasgo de las costumbres, aunque ataviadas con el disfraz místico, no era fácil que pasase desapercibido a mis ojos si la hacía objeto de inspección minuciosa. No obstante, por más que buscaba la cifra del misterio sumando y restando la entidad de aquella figura con las que la rodeaban, por mas que trataba de encontrar una relación entre ella y las creaciones de los capiteles y franjas, algunas de efecto microscópico, y combinaba el todo con la idea del diablo que abrazaba el escudo gimiendo bajo el peso de la repisa, nunca veía claro, nunca me era posible explicarme el verdadero objeto, el sentido oculto, la idea particular que movió al autor de la imagen para modelarla con tanto amor e imprimirle tan extraordinario sello de realismo. Cierto que algunas veces creía ver flotar ante mi vista el hilo de luz que había de conducirme seguro a través del dédalo de confusas ideas de mi fantasía y por un momento se me figuraba encontrar y ver palpable la escondida relación de los versos sueltos de aquel maravilloso poema de piedra en el cual se presentaba en primer término y rodeada de ángeles y monstruos, de santos y de hijos de las tinieblas, la imagen de la desconocida dama como Beatriz en la divina y terrible trilogía del genio florentino; pero también es verdad que, después de vislumbrar todo un mundo de misterios como iluminado por la breve luz de un relámpago, volvía a sumergirme en nuevas dudas y mas profunda oscuridad. Entregado a estas ideas pasaba días enteros...